Ahí estaba el en el samaforo a mi lado izquierdo. Un tío cualquiera en su Honda, con su reluciente calva prematura y sus lentes de pasta. Solo por ese breve momento fue un ídolo en su burbuja aislada a todo pulmón, sin publico, sin auditorio, hasta que me descubrió admirando su libertad... Apenado piso el acelerador sin saber que había ganado un fan.
El hizo mi día, o quizá una de muchas tardes ahora que vuelva a fisgonear en los semáforos en busca de otro ídolo anónimo.
W
No comments:
Post a Comment